Inicio / Sobre mí / Biografía

Biografía

Álvaro de la Rosa Maura

En mis orígenes como Escultor, fui formado en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, donde recibí una formación centrada en el mundo de la estatuaria clásica, lo cual me parece práctica fundamental para cualquier actividad de diseño, pues es la gramática y la base de todo el mundo de la creación. Posteriormente amplié estudios en Estados Unidos en el Jhonson Atelier, Technical Institute of Sculpture, donde pude completar con una formación de carácter más técnico, pero siempre relacionada con el mundo de la escultura.

Allí rápidamente mi interés se desplaza hacia la relación entre la escultura-objeto y la arquitectura-espacio, que en Madrid ya había investigado en parte y de forma teórica en las clases de Historia del Arte.

Esto, y a la vista de las posibilidades que ofrece el sistema universitario americano, me lleva a realizar estudios de arquitectura en la Universidad de Yale, en el seno de la School of Art and Architecture, realizando un curriculum de intereses propios, pero siempre centrados en el binomio escultura-arquitectura.

A raíz de mis primeras intervenciones en el espacio exterior comprendí el enorme potencial plástico del mundo vegetal, que no es un fondo pasivo de relleno, sino parte muy activa del espacio. Con lo que este mundo se incorpora progresivamente, a partir de entonces, a mi campo de actuación principal, aunque sin olvidar mis orígenes artísticos.

Paralelamente tiene lugar en el mundo de la escultura contemporánea la culminación de un proceso que duró todo el siglo XX y que consistió, a grandes rasgos, en una desintegración del objeto escultórico y una objetualización del espacio que lo rodea, lo cual amplió enormemente el campo de actuación “escultórica” y que es totalmente convergente con mis intereses plásticos.

Actuaciones integrales realizadas por figuras como Isamu Noguchi o Roberto Burle Marx son claros ejemplos de esta hibridación de las artes plásticas contemporáneas con el ordenamiento del espacio exterior, hasta entonces dominado por tratamientos “típicos” del espacio centrados alrededor del jardín Francés, el Inglés y el Oriental.

El hecho de no existir en España estudios de Paisajismo hasta muy recientemente, me hace tomar conciencia de que en realidad lo que he hecho ha sido ir acumulando fragmentos dispersos de las múltiples disciplinas que integran la jardinería y el paisajismo.

Entiendo el jardín como una obra de arte y como un espacio de transición entre dos opuestos, el espacio interior, enmarcado de la arquitectura, y el espacio exterior, infinito del paisaje. Arte y Arquitectura del jardín resume la manera de concretar mi campo de actuación en las diferentes escalas del proyecto, integrando la arquitectura construida y el mundo natural.

Pongo especial énfasis en los aspectos plásticos del proyecto, en el diálogo entre la arquitectura y el terreno inmediato que la rodea, entendido como topografía activa: “Topos”, y por tanto como un elemento de gran potencial de modelación plástica y casi escultórica.

También estoy muy interesado por los aspectos biológicos o vivos del proyecto, que son los que aportan la dimensión temporal (color, estacionalidad, fragancia, luz) y el movimiento a esa capa previa más estática.

El jardín y su relación con el paisaje circundante son pues el resultado de un proceso y no de una idea preconcebida, impuesta al lugar. Las inagotables posibilidades de los materiales tanto vegetales como minerales y constructivos, sirven para esta labor de concretar ideas, buscando en la realización del jardín un desarrollo palpable para esos proyectos latentes que siempre existen en torno a un espacio determinado.